Quienes trabajamos en el sector de las artes y particularmente en las entidades sin ánimo de lucro somos, sin lugar a dudas, unos convencidos del papel que jugamos en la vida de los ciudadanos y el valor intangible que representamos para el desarrollo y crecimiento de las sociedades. Por definición no trabajamos en esto para volvernos millonarios y hemos tenido, con más frecuencia de la que deberíamos, que trabajar sin remuneración para sacar adelante proyectos que consideramos son necesarios para nuestros territorios y comunidades.
Desafortunadamente hemos normalizado trabajar en condiciones precarias y justificamos esas condiciones en el hecho de ser entidades sin ánimo de lucro. Hemos tenido la creencia de que es responsabilidad única y exclusivamente del Estado sostener este tipo de iniciativas y la verdad es que hay cada vez menos recursos estatales para sostener nuestras organizaciones.
Esta parece ser la realidad de cientos de miles de organizaciones culturales en América Latina, todas con un propósito de suma valía y relevancia para las comunidades que impactan y muchas con productos artísticos y sociales de altísima calidad. Entonces, si generamos valor a nuestras comunidades y tenemos un impacto en ellas ¿por qué la mayoría de entidades sin ánimo de lucro generan pérdidas?
La respuesta es simple. Heredamos un modelo centro-europeo de la gestión de las organizaciones culturales. Un modelo altamente subvencionado y que responde a lógicas de la España y la Francia del Siglo XIX. Tenemos que aprender a adaptarnos a las necesidades, a las lógicas y a los contextos del Siglo XXI. Debemos revolcar el modelo y comprender que sin ánimo de lucro no es igual a tener ánimo de pérdida. Debemos comprender que para generar valor a nuestras comunidades debemos primero garantizar organizaciones sanas y robustas y para ello existen cientos de herramientas que he tenido el privilegio de poner en práctica y comprobar que funcionan, aun en momentos tan críticos como una pandemia.
A partir de hoy, empezaré a generar contenido escrito y hablado en el podcast del mismo nombre sobre estas herramientas de manera que cualquiera pueda ponerlas en práctica en sus organizaciones y podamos cambiar el mundo sin vivir en permanente estado de alerta. A partir de hoy SOS cambia su significado, a partir de hoy SOS significa Somos Organizaciones Sostenibles.


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